La Semana Santa de Ferrol, arraigada en la tradición y el fervor, siempre ha sido un pilar fundamental de nuestra cultura. Sin embargo, en los últimos años, ha resonado con fuerza un deseo de expansión y renovación, de llevar el espíritu cofrade más allá del centro histórico y hacia los barrios. Precisamente, una imagen que me hicieron llegar recientemente, datada en 2014.
La instantánea, un cartel promocional de la "Nueva Cofradía de la Estrella en Ferrol", anunciaba la intención de fundar una nueva hermandad. Ver este documento ha provocado una mezcla de alegría y reflexión. La sola constatación de que hubo una iniciativa para crear nuevas cofradías, especialmente pensando en los barrios del Ensanche A y B, es motivo de gran satisfacción. Es un anhelo compartido por muchos: que la Semana Santa ferrolana crezca y se arraigue en nuevas zonas, fomentando la participación y el sentido de comunidad.
No obstante, al detenerme a leer el contenido del cartel, me surgen algunas observaciones. Se mencionan "imágenes previstas en el futuro": una Virgen de la Estrella y dos Cristos. Si bien la ambición es increíble, pero la experiencia nos enseña que el camino de una cofradía es un proceso largo. Lo más lógico sería empezar de forma más modesta: quizás con una cruz de mayo en una procesión de mayo, fortaleciendo la hermandad en el barrio, realizando obras de caridad local, ayudando a la parroquia, organizando veladas o conciertos para recaudar fondos. Pedir de inicio el apoyo económico de la ciudad de Ferrol sin unas bases sólidas y una trayectoria en el barrio puede ser un gran desafío.
Otro punto a considerar es la propuesta de "Día de salida: Domingo de Ramos". Si bien la intención es clara, la incorporación de una nueva cofradía al calendario de la Semana Santa ferrolana requiere una coordinación y un consenso con el Consejo de Cofradías, quien es el encargado de organizar los horarios y recorridos para garantizar la armonía y el espacio para todas las hermandades.
Finalmente, un aspecto que ha llamado particularmente la atención es el "Modo de Carga: Por debajo del paso y con Hermanos Costaleros". Esta mención a la "moda del costal" invita a una reflexión profunda sobre nuestras tradiciones. Se puede copiar y adaptar las buenas cosas de otras Semanas Santas, sí, pero nunca a costa de perder nuestra propia esencia. En Ferrol, la figura del portador es parte intrínseca de nuestra identidad cofrade. Debemos luchar por mantenerla viva y no permitir que se pierda en aras de otras costumbres, por muy extendidas que estén. La tradición de nuestros portadores es un legado que debemos defender con orgullo.
En conclusión, la idea de ver más cofradías en Ferrol, especialmente en los barrios fuera del centro, es una aspiración legítima y deseable. Sería un enriquecimiento invaluable para nuestra Semana Santa y para la vida comunitaria de la ciudad. Aunque la iniciativa de la Cofradía de la Estrella en 2014 no prosperó, la ilusión que generó sigue latente. Ojalá aquellos que impulsaron esta idea en su momento le den una nueva vuelta, aprendan de las experiencias y vuelvan a intentarlo. Pero, eso sí, siempre con la premisa inquebrantable de preservar nuestra esencia, nuestras tradiciones y la singularidad que hace a la Semana Santa de Ferrol tan especial.
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