En el corazón de la devoción gaditana, la Hermandad del Santo Entierro se erige como un pilar fundamental de la Semana Santa, guardando siglos de historia, arte y tradición. Con su imponente cortejo procesional y la solemnidad de sus imágenes, esta cofradía es un referente ineludible en el calendario cofrade de la ciudad.
Un Viaje a Través del Tiempo: La Historia de la Hermandad
La Pontificia, Real y Venerable Archicofradía de Nuestra Señora de la Soledad, Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo. La primera noticia que se tiene de esta Cofradía es de 1601, lo que hace suponer su fundación a finales del siglo XVI en el Convento de San Francisco. Siendo el Cuerpo Capitular de la ciudad hermanos de la Corporación, se traslada a la Ermita de San Roque, propiedad de la ciudad. En 1750 cambia su sede, pasando al Convento de Santa María; posteriormente, pasa a Santa Cruz en 1926.
A lo largo de los siglos, la hermandad ha experimentado diversas vicisitudes, incluyendo traslados de sede, periodos de esplendor y otros de decadencia, pero siempre manteniendo viva la llama de la fe y la devoción a sus titulares.
Su arraigo en la ciudad se ha consolidado a través de los siglos, convirtiéndose en una de las hermandades señeras de la Semana Mayor gaditana, especialmente por la solemnidad y el recogimiento que imprime a su salida procesional en la tarde del Viernes Santo.
Las Joyas Artísticas: Historia de las Imágenes Titulares
Santísimo Cristo Yacente: Esta impresionante talla, que representa a Cristo en su sepulcro, es atribuida al escultor gaditano Francisco de Villegas, de 1624, en madera de cedro, aunque posiblemente en el siglo XVIII se le adaptara nueva cabeza de raigambre genovesa. La imagen destaca por su serena expresión y el realismo con el que se representa el cuerpo de Cristo, evocando el momento cumbre de la Pasión. Su factura denota un profundo conocimiento anatómico y un exquisito trabajo en la talla de la madera, lo que la convierte en una pieza de gran valor artístico e iconográfico.
Nuestra Señora de la Soledad: Nuestra Señora de la Soledad es obra anónima, posiblemente del siglo XVIII; las numerosas restauraciones sufridas por la imagen hace que haya perdido sus rasgos primitivos, entre las efectuadas en el siglo XX podemos destacar las de Miguel Láinez, quien realiza un nuevo juego de manos separadas (ya que las tenía entrelazadas), Francisco Buiza (que le hace nuevas manos) y la de Luis Álvarez Duarte. En 2003 es restaurada por Francisco Javier Geraldía Capurro. Este Dolorosa llegó a ser Patrona de Cádiz durante muchos años.
El Paso de Misterio: Un Sepulcro de Majestuosidad
El Señor procesiona en una magnífica urna de plata realizada en 1865 por Manuel Ramírez, sobre diseño de Diego maría del Valle; tiene formas abultadas, con cristales parisinos, rematada por la Cruz adorada por dos ángeles genuflexos e iluminada por cuatro faroles. Este remate fue realizado gracias a la Reina Isabel II, quien una vez admiró esta obra y para que todo el conjunto estuviese realizado en plata, donó 120.000 reales de vellón. La urna es restaurada en 2012 en los talleres de Villarreal (Sevilla)
A lo largo de su historia, el paso ha evolucionado, incorporando elementos y mejoras que han enriquecido su estética sin perder su esencia. Su majestuosidad radica no solo en el arte que lo compone, sino en la profunda carga simbólica que porta, representando el momento culminante de la Pasión de Cristo y la victoria sobre la muerte.
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